El tiempo se desarma en la memoria, pequeñas ideas, obsesiones, calmas relativas... las palabras suelen obstruir el paso de lo que en realidad queremos ocurra.
Sumarse a una idea de otros no salva a nadie de si mismo, así tampoco la buena voluntad incinerada volverá de sus cenizas para decirnos que fue de la intención inicial.
Los roles estuvieron, están y siguen estando... silenciosos, siendo lo que fuese necesario para que no supiésemos que lo eran y el pasado sea algo que paso, no la antesala de nuestro propio hastió.
Repetir formas es también romper con ellas.
Irse es como no haber estado nunca.
Que los puentes sigan cruzando ríos para el bien del contrabando.